A PERFECT CIRCLE / EAT THE ELEPHANT / 57´/ BMG / ****/ METAL ALTERNATIVO-ROCK PROGRESIVO
Por Herbert Neutra
herbertneutra@icloud.com
“Se trata de reconectarse y de responsabilizarse por uno mismo: ¿Qué estás haciendo para ayudar a tu familia? ¿Qué estás haciendo para mirarte y descubrir qué parte del problema eres? Señalar con un dedo a Trump no soluciona nada. Y sí, él es un bufón, pero no es el único bufón aquí…Todas tus quejas y publicaciones en Facebook pensando que vas a cambiar algo, tampoco van a hacer nada. Necesitamos reconectar.”
MJK (RevolverMag, Abril 2018)
Lo primero que llama la atención del regreso, después de catorce años sin un disco de estudio del proyecto liderado por Billy Howerdel y Maynard James Keenan, es la perturbadora e inusual carátula que han escogido para esta interesante y pertinente grabación. En la portada de “Eat the Elephant” aparece un personaje vampírico sosteniendo un bizarro pulpo bi-color: tenemos aquí a un ejemplar digno del bestiario dedicado a los monstruos de la democracia, que ya compilara Siegfried Kracauer, el teórico de la fallida escuela crítica de Frankfurt, en su ensayo sobre el expresionismo alemán (“From Caligari to Hitler: A Psychological History of the German Film”; Princeton University Press, 1947).
Debemos a Siegfried la cuidada elaboración de un “imaginario histórico” del cine de la época, aunque escribiendo desde su exilio cometió un grave error al considerar que su pensamiento era revolucionario por zafarse de un régimen totalitario de izquierda como el nacional-socialista, y al adjudicar a las películas que analizaba una exclusiva carga ideológica, despojándoles de un valor artístico y estético autónomo.
Es un hecho que más de medio siglo después, las universidades de Estados Unidos y de Latinoamérica, donde se divulga la falsa ciencia psicoanalítico-marxista de Adorno, Horkheimer y Co., han producido monstruos buenistas, guerreros de la justicia social en redes sociales, bancos de órganos poli-sexuales y defensores de una hipócrita perspectiva disfrazada de neutral, que al final se parecen menos a la bondad y mucho al personaje principal del extenso “Homunculus” de Otto Rippert (Deutsche Bioscop GmbH, 1916).
Puros adefesios demagogos y atormentados por su imposibilidad de amar, que también destacan por su opinión destructora y soberbia y que tienen en la tapa del tercer álbum de A Perfect Circle una materialización bastante lograda.
Precisamente el tema central de las líricas de este LP - como ya lo fuera en su colección de covers desahuciados y anti-belicistas “eMotive” (Virgin, 2004) - es el escenario político, social y cultural del mundo actual; uno tan decadente como el de los últimos días del Imperio Romano o de la República de Weimar. El mismo donde la satisfacción inmediata sin evaluar consecuencias, la necro-pornografía, el abuso hedonista de drogas, la celebración y justificación de lo licencioso y abyecto, la charlatanería del progresismo y el narcisismo hecho banner de notificación son el pan de cada día.
En lo musical APC siguen en su exploración melódica, entregando pasajes bellos, empapados de lirismo instrumental, con momentos muy esotéricos, sin descuidar su estirpe metalera; en el corte que da apertura y título al disco, el preciosismo de cámara del piano y el ritmo de una batería destartalada se completan con la perfecta entonación de Maynard y los samplers de Howerdel; “Disillusioned”, por su parte, es un llamado a la catarsis del exceso de scrolling que descansa en una canción que comienza con el estilo característico de la banda, para detenerse un momento en clave dramática y regresar reforzada con arreglos de electrónica; este detalle aparece refinado y multiplicado en la excelente “ Hourglass”, un track en el que también merece la interpretación vocal de James Kennan.
“By and Down the River”, “Feathers” ó “TalkTalk” suenan a una fusión entre lo mejor de Circa Survive y el melancólico “Disintegration” de The Cure, aunque la inquietud progresiva del grupo lleva dicho sonido a un nuevo nivel; este efecto acorazado ya se vaticinaba en la muy conveniente y orquestada “The Doomed”, primer adelanto del larga duración. Por otra lado el cierre con “Get the Lead Out” nos descubre una apropiación del sabor soul, trip hop y R&B que por sí solo justifica la escucha reiterada del track unas cuantas veces.
“Eat the Elephant” NO es “Mer de Noms”, pero sí es la obra que supone la consolidación y maduración de una idea que ha ganado su propia voz y protagonismo; A Perfect Circle regresa con un disco elocuente y dinámico en tiempos en los que una conexión a internet, una cuenta gratuita y unos cuantos likes, convencen a cualquiera de su belleza, inteligencia y virtud, aún cuando lo único que salga a flote, en el proceso, sea su deformidad mental, moral y física.
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