Por David M. Houghton y Leonardo Mora
“Me marcho y no pienso en la vuelta
Tampoco me apena lo que dejo atrás
Sólo sé que lo que me queda
en un sólo bolsillo lo puedo llevar.
Ni patria ni bandera
ni raza ni condición
ni límites ni fronteras
extranjero soy.”
Enrique Bunbury, El Extranjero
Sólo sé que lo que me queda
en un sólo bolsillo lo puedo llevar.
Ni patria ni bandera
ni raza ni condición
ni límites ni fronteras
extranjero soy.”
Enrique Bunbury, El Extranjero
Refiere el filósofo alemán Martin Buber en su obra ¿Qué es el hombre? (F.C.E. 1985) que “…la creciente soledad es tan sólo adormecida por el trafago de las ocupaciones, pero cuantas veces el hombre vuelve a su remanso, a la realidad genuina de su vida, percibe de pronto la sima de su soledad y en ella experimenta, al encararse con el fondo mismo de su existencia, toda la hondura de la problemática humana.” Con esta hermosa cita podríamos resumir la naturaleza del conflicto humano enfrentado a las problemáticas condiciones del capitalismo y de paso la idea central de la ópera prima del director estadounidense Jim Jarmusch: Permanent Vacation.
Un hombre solitario, desarraigado de su tierra y su pasado, con el arte como único asidero para su existencia vagabunda, es el protagonista de un filme de una impresionante sencillez técnica y una vasta reflexión filosófica. La individualidad, el anonimato, la atomización a que somete la ciudad, son todos elementos que podríamos atribuir como causas de su particular visión del mundo: no ansía, como el grueso de la población occidental, con establecerse en un cómodo empleo, procrear, comprar electrodomésticos de última generación o adquirir un status social definido. Al contrario, pasa su vida huyendo de los imperativos existenciales que la sociedad de consumo promueve, se muestra reticente a echar raíces en un sitio determinado o a establecer vínculos duraderos con los otros seres humanos.
Esta condición de desarraigo es definida fundamentalmente por una carencia explícita de expectativas frente al futuro; un mundo con el peso de una guerra que, pese a desarrollarse al otro lado del mundo, dejo secuelas imborrables en la conciencia colectiva del norteamericano promedio, plagado de indiferencia, socavado por el implacable frío del asfalto y el cemento; un sistema que no puede proporcionar satisfacción plena a las necesidades espirituales de sus habitantes y es precisamente ese mundo frente al cual se rebela Allousyus Parker (sugestivo nombre que corrobora el homenaje permanente que se hace en esta película al jazzista Charlie Parker) y que pretende también dejar atrás.
Presentado como trabajo de grado de Jarmusch para obtener su título en la escuela de artes de Nueva York, Permanent Vacation es un filme de impresionante austeridad técnica que lo hace uno de los más importantes documentos de la cinematografía independiente: planos generales de larga duración en los que la cámara parece inmutable, tan lenta como la vida misma; diálogos escasos pero inteligentes y profundos y secuencias en cámara lenta que capturan el tedio de la vida urbana son algunos de los recursos a los que apela Jarmusch para construir su primera obra.
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