Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2011

París, la piedra y la inmundicia: El signo del león (1959) de Éric Rohmer

Por Leonardo Mora sanagustinconfesiones73@gmail.com La primera escena de este filme contado como un diario por el director francés Éric Rohmer, figura clave de la grandiosa Nueva Ola, es un travelling hacia adelante que avanza sigilosamente por un tranquilo canal parisino –lugar que será un recurrente motivo en la extensión de la película-, mientras suena una bella pero sórdida pieza de violín; una aparente calma misteriosa que nada anticipa de la crueldad en que se verá envuelto el personaje principal, un músico llamado Pierre Wesselrin, en la consabida ciudad de París.        Pierre se levanta un día como cualquiera y recibe la gran noticia de que se ha hecho merecedor de una herencia; desde luego, la celebración con sus amigos más cercanos no se hace esperar: la prosperidad parece estar a la vuelta de la esquina. En dicho festejo, Pierre se ufana de ser del signo leo, el cual astrológicamente significa estar regido por el astro

Dios y el diablo en tierra americana: The Night of the Hunter (1955) de Charles Laughton

Por Leonardo Mora II sanagustinconfesiones73@gmail.com Un filme extraño, con una atmósfera capaz de oscilar entre cuento infantil y thriller, con altas dosis de cinismo, ironía y de crítica a los valores tradicionales como la insulsa beatería, es el único que dirige el actor norteamericano y de origen inglés Charles Laughton, basado en la novela homónima de David Grubb, publicada en 1953.   Esta gran película que en su época no fue comprendida ni valorada, que tuvo escasa taquilla, pero que finalmente el tiempo convirtió en un demoledor clásico del cine, en una obra de amplia factura artística, tiene como protagonista a Harry Powell (interpretado por el carismático Robert Mitchum), un predicador salvaje y sin escrúpulos, desequilibrado mentalmente pero de aguzado poder de sugestión. Unos de sus más evidentes y sórdidos rasgos sicológicos de este hombre de Dios es el hecho de establecer una única relación con el Creador, en la cual actos social, moral y legalmente condenables para los