“YOU WERE NEVER REALLY HERE”/ LYNNE RAMSAY/ **** 1/2 / NEON-NOIR/ FRANCIA-EE.UU / 89´/ CLASIFICACIÓN: +18 / 2017
Por Herbert Neutra
herbertneutra@icloud.com
herbertneutra@icloud.com
En su búsqueda de evidencias para una interpretación cinemática, G. Currie señala que la interpretación del trabajo literario comienza con el texto, esto es, con el estudio de una secuencia de palabras y oraciones dotadas de un significado. La tarea del crítico es determinar qué tipo de historia, intenciones y significado cuenta dicho texto; por algo, el texto es la base y la evidencia de cualquier interpretación literaria. También, nos dice, que dicho modelo falla para el cine, porque el séptimo arte carece de un lenguaje. Una película es un artefacto tecnológico distinto, uno que consiste de imágenes cinemáticas, de acompañamientos verbales, aunque también, de otros elementos de diverso tipo: música, sonidos ambientales y manipulados, experimentos sensoriales, reflejos motores, ilusiones ópticas, etc. Un filme es una estructura altamente compleja, aunque nos resulta familiar porque vivimos en la cultura, en la psique, en la cognición, en el instinto y en la realidad que la producen. (Image and Mind; 1995: 251-253)
En su cuarta película, la directora escocesa Lynne Ramsay se vale de algunas herramientas acumuladas en los más de 100 años de historia por el arte cinematográfico, para examinar la mente de Joe (Joaquin Phoenix), un veterano de guerra que deambula por los bajos fondos de un mundo pútrido y sucio, guiado por un altruismo bizarro y perturbado que se alimenta de sus miserias personales y del afecto de una madre chalada. Su camino sólo está iluminado por las luces de neón baratas de los antros de mala muerte por los que su humanidad deteriorada circula, tratando de cumplir con un nuevo encargo.
Este paisaje y sus atípicos héroes, los conocemos bien y no son precisamente nuevos, pues llevan materializándose desde hace un buen rato en el cine por apellidos de geografías, tiempos y géneros tan distintos como Ford (The Searchers, 1956), Bresson (Pickpocket, 1959), R.W. Fassbinder (Händler der vier Jahreszeiten, 1972), Scorsese (Taxi Driver, 1976), Cronenberg (Videodrome, 1983), Lynch (Blue Velvet, 1986) Besson (León aka "El Perfecto asesino", 1994) y no hace mucho, Winding Refn (Drive, 2011).
You Were Never Really Here supone, no obstante, un avance en la manera como se muestra y se presentan el tema y las personas implicadas; Ramsay aprovecha todas las influencias mencionadas anteriormente, concatenando situaciones del pasado, presente y futuro, emulando el funcionamiento de la mente afectada de su protagonista, su confrontación, su memoria, su búsqueda permanente de sentido a una vida trastornada, donde tampoco existe redención.
La película presume de un control del color y de la luz pletóricos; la directora se tomó la molestia de elevar cada uno de sus planos y escenas -desde el más burdo al más emotivo- a un registro solo disponible hasta ayer en los trabajos fotográficos de Gregory Credwson. Lynne Ramsay exprime todo el realismo posible, dejándole a la pupila del espectador el disfrute de todas las rugosidades y belleza escondidas en una “aparente y predecible trama” muchas veces trillada.
La directora tampoco le da respiro o posibilidad de aburrimiento a la audiencia, porque no se interesa por diálogos elaborados, ni por la descripción o construcción literaria de personajes; no subestima a su público y prefiere optimizar cada minuto del metraje y de su atención, evitando explicaciones del contexto y enfocándose en un montaje en el que condensan flash-backs, alucinaciones, capturas originales de la violencia, lo sublime encriptado en conversaciones banales y minuciosos primeros planos y travellings solo cuando el fervor del momento lo exige.
YWNRH es una cinta de hora y media en la que el crítico narratológico solo verá espacios en blanco, una historia plana, personajes desinflados y falta de coherencia, un hecho que hace sentido porque “en realidad, [ellos] nunca estuvieron [allí]”; para los que verdaderamente conecten con la propuesta de Ramsay se trata de 90 minutos que les tocarán las tripas, el corazón y el entendimiento.

Comentarios
Publicar un comentario