Por Leonardo Mora
sanagustinconfesiones73@gmail.com
Lamentablemente el actor James Gandolfini -famoso por su papel protagónico en la afamada serie televisiva norteamericana Los Soprano- ha fallecido hoy 19 de junio de 2013 en Sicilia, Italia -donde asistía a la 59 edición del Festival de Cine de Taormina- a los 51 años de edad, a consecuencia de un posible infarto.
Este actor, de ascendencia italiana, nació en Nueva Jersey el 18 de septiembre de 1961 y se popularizó a partir del año 1999, cuando entra a formar parte -como protagonista- de la exitosa serie de la cadena HBO "Los Soprano", la cual gira en torno a la mafia de ascendencia italiana establecida en la ciudad de Nueva Jersey, U.S.A.
Uno de los aspectos más sobresalientes de esta serie era el especial tratamiento que se hacía de los personajes: no se retrataba solamente el lado violento y sangriento de los asesinatos y crímenes habituales entre mafiosos, como es habitual en las series de este tipo, sino que cada personaje era perfectamente delimitado sicológicamente con todas sus virtudes y defectos; ninguno era el asesino despiadado, sin conciencia y sin historia de los tradicionales enlatados gringos. En su mayoría los personajes de Los Soprano eran criminales, pero tenían que llevar a cuestas dilemas como el ser hijos de inmigrantes italianos -es decir, bastante estigmatización- y enfrentar la vida diaria en la mafia a partir de valores arraigados fuertemente en sus conciencias como el patriarcado, la territorialidad, la lealtad, el éxito y el honor familiar.
Los personajes de Los Soprano eran puestos en contextos más verídicos: cada uno debía lidiar no sólo con los problemas de la organización -como las rivalidades entre camaradas y con otras pandillas, los negocios, la vigilancia policial y estatal, las dudas entre el reconocimiento de los valores tradicionales frente a los modernos- sino que además salían a relucir sus caóticas vidas personales y familiares, llenas de difíciles situaciones emocionales, lo cual los dotaba de más humanidad, verosimilitud e interés para el espectador; los acercaba más a la cotidianidad y vida normal de cualquier persona sin importar su ocupación; solo que el arduo y difícil camino para alcanzar el sueño americano en esta serie se hacía por la vía del hampa. Conflictos como el homosexualismo, la drogadicción, el estrés laboral, el matrimonio, las familias desajustadas, los traumas, los celos de pareja, el etnocentrismo, las herencia, los linajes, entre muchos otros, eran inteligentemente retratados en la serie, esquivando toda ingenuidad o impostura.
James Gandolfini protagonizaba a Tony Soprano, la figura de mayor rango en esta mafia asentada en Nueva Jersey; la presión de liderar los asuntos criminales, llevar a buen término las relaciones con su abnegada esposa y un par de hijos díscolos e irritantes, y regular el trabajo de los bizarros criminales de su organización, lo impele a buscar solución en unas extrañas sesiones psicoanalíticas con su doctora de cabecera, en donde salen a flote muchos de sus conflictos internos y traumas legados por una difícil niñez.
Buena musicalización, mucho humor negro, conflictos raciales y sociales, variados recursos fílmicos, marcados pero honestos retratos de la criminalidad y un veraz tratamiento argumental, hacen de esta serie uno de los puntos más elevados logrados por la televisión norteamericana, totalmente recomendada. Para mayor información, se aconseja visitar este enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Los_Soprano
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