RAMMSTEIN / "UNTITLED"/ METAL-INDUSTRIAL-ELECTRO/ 46´/ UNIVERSAL-2019 / ★★★★1/2
Por Herbert Neutra
herbertneutra@icloud.com
Las alarmas contra incendios se habían encendido desde el pasado 28 de marzo cuando los teutones publicaban una incisiva pero realista revisión histórica de su país, hecha cortometraje de nombre “Deutschland”; de forma homónima, “Deutschland” es el primer sencillo del que bien podría considerarse el mejor trabajo del grupo a su vez más representativo de la llamada Neue Deutsche Härte (otros ejemplos incluyen a nombres como Oomph! y si se quiere hasta a KMFDM).
Fundados a inicios de la década de los noventa en la fallida y decadente República Democrática Alemana, Rammstein, con su provocación, con su imaginería pornográfica, violenta y llena de piromanía, con su explosiva e incontestable puesta en escena y su efectiva combinación de riffs de poder y grooves bailables, son el último antídoto a la corrección política, la carta emergente de la casi extinta masculinidad de occidente y un trago amargo, difícil de pasar para la idiosincrasia y la cultura de una nación que parece haber olvidado un origen en la oscuridad, un presente que para triunfar tendrá que ser sangriento y un futuro dorado que, con las políticas migratorias y económicas de la Merkel y su agenda “sin fronteras” pronto se irá al traste.
En “Untitled” (46 min., Universal; 2019), Rammstein certifican una madurez estética que tomó por lo menos tres décadas en forjarse; su estilo musical aunque sencillo y para los más desprevenidos, repetitivo, es CONTUNDENTE: Letras provocadoras, elaboradas y cantadas milimétricamente con el rigor del espíritu faustiano, pero curiosamente coreables por cualquiera que incluso desconozca el idioma; una combinación efectiva del tándem de guitarras obreras e industriales de Kruspe y Landers que engancha desde los primeros momentos de la escucha, la base rítmica casi Motorik que arman Riedel y Schneider, y los arreglos a veces caóticos, a veces dramáticos, aunque siempre melódicos y deudores de los pioneros Kraftwerk a cargo del carismático Christian Lorenz aka. DoKtor L. , aka. “Flake”.
El tema de apertura al álbum es un pastiche electro-pop con un texto inspirado en una serie de hechos fundacionales para el pueblo centro-europeo que ahora sirve de manifiesto a todas aquellas masas que NO se conforman con la patria que les tocó ser. En su video la bella modelo Ruby Commey materializa los colores de la sufrida bandera de Germania. “Radio” es un guiño metalero al Franz Ferdinand más dance en el que se recuerda la censura a los medios en los tiempos del buenismo socialista.
Con “Zeig dich” tenemos una versión actualizada con intro dramática y coros en latín de los sonidos afilados de “Herzeleid” (Motor-Slash; 1995). En “Ausländer” la banda transpira un hit en clave Eurovision que si nos descuidamos podría convertirse en el himno del verano, mientras que en “Sex”, con su innegable impronta a la Depeche Mode, tenemos una declaración de principios sobre una moneda de cambio que conforme avanza el feminismo y la desaparición del patriarcado seguirá devaluándose:
“Ich seh' dich an und mir wird schlecht, Überall das dralle Fleisch, Ich schau' dir tief in das Geschlecht,Und die Knie werden weich ,Tausend Nadeln, das Verlangen. Will Geruch mit Händen fangen , Weiß, das Hirn kriecht in die Venen, Und es singen die Sirenen, Eine Faust in meinem Bauch, Komm her, du willst es doch auch”.
(“Te miro y me estoy enfermando, por todas partes pura carne gorda, miro profundamente en tu sexo, y las rodillas son suaves, mil agujas, el deseo. Olfatearé con las manos, blancura, el cerebro se desliza por las venas, y están las sirenas cantando, un puño en mi estómago, ven aquí, tú también lo quieres”.)
Posiblemente en “"Puppe" se encuentre uno de los mejores registros vocales de Till Lindemann y “Was Ich Liebe” ó “Diamant” recuerden a muchos los mejores momentos operáticos de “Mutter” (Motor, Universal; 2001). “Weit Weg” empieza con un teclado a la Deep Purple y se despliega como el mejor heavy metal clásico, con gran destreza instrumental y vocal en sus más de cuatro minutos de duración. También está “Tattoo” con la pesadez y gancho techno que los catapultó a la fama en su exitoso “Sehnsucht” (Motor-Slash; 1997) y la continuación de un reconocible tufo existencialista en la canción que sirve de cierre: "Hallomann".
El largamente esperado séptimo LP de Rammstein, es un excelente compendio de toda la naturaleza que ha hecho famosa y polémica al sexteto, dolor, pasión, nacionalismo, sensualidad y “Huachicol” (Mex:”gasolina adulterada”) que te quemarán el alma y el cuerpo, porque lo que nos ofrece este disco homónimo es, ante todo, toda la destilación de carácter que un mundo lleno de héroes afeminados y sin gónadas, demanda y necesita.
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