Por William Alexander Medina
androidemurnau@gmail.com
Hoje
Homens sem medo
aportam no futuro
Eu tenho medo
acordo e te procuro
Meu quarto escuro
é inerte como a norte. (1)
En la actualidad la idea que más ronda a nuestro alrededor es la de obsolescencia, lo nuevo es ya desactualizado y las noticias siempre resultan ser una versión anterior de los hechos, no menos son los seres humanos, la vejez se transformó en la carga imperecedera del tiempo y con él sus memorias y recuerdos.
Esta idea de la obsolescencia ronda la propuesta del director brasileño Kleber Mendonça Filho quien da vida, cuerpo, carácter, gustos y memorias a Clara, protagonista de Aquarius su última película, una mujer de 66 años, critica de música jubilada y con una vitalidad y sensualidad sin igual, pero que enfrenta los problemas de la vejez, no solo por su edad, sus hijos, nietos, carrera, soledad, amores furtivos y una excelente e inigualable colección de música; también se debe al proyecto que se desea adelantar en el condominio (en proceso de demolición) del cual es la única residente y por ende, la engorrosa talanquera que impide el avance de la construcción.
La especulativa burbuja inmobiliaria que circula por los países latinoamericanos en los últimos años, ha dado como resultado la construcción de la falsa idea de bienestar, de seguridad, confianza, de un aislamiento preventivo, necesario e higiénico. Con ello, los procesos urbanos han llevado a la desaparición de la memoria arquitectónica de las ciudades y de sus habitantes. Y no es para menos que en el aluvión de edificios y construcciones verticales, lo que se cambia no es solo el paisaje, también las formas de relacionarse de los individuos, se rompe todo posible contacto y cercanía en pos de una convivencia sin los otros.
Clara, interpretada majestuosamente por Sonia Braga (quien ha recibido diversos premios por esta actuación) es presentada por el director brasileño en tres momentos, cada uno de ellos significativo en la historia de vida de la sexagenaria mujer. El primero titulado “El cabello de Clara”, se ubica en los 80´s, esposo, hijos y una numerosa y extensa familia; los otros dos “El amor de Clara” y “El cáncer de Clara” nos llevan a su contemporaneidad, la soledad, recuerdos, amores, amistades, música, entre otros, pero sobretodo, nos permite conocer la valentía y el carácter al enfrentar un Goliat como es la construcción, desde su pequeño apartamento, espacio de resistencia y tranquilidad.
Mendonça propone una puesta en escena desde el espacio mismo: el apartamento de Clara es parte sustancial de su existencia, quién es y su memoria. La música resulta ser un narrador omnipresente en la historia; con ella incluso se dan respuestas en la película. Por otra parte la cámara merodea, persigue, se oculta, desaparece y nos deja con la presencia de Clara, sus días y noches.
Pero la película del director brasileño no se encuentra exenta de polémica, no por su propuesta, sino por el acto que realizó antes de su presentación en Cannes: unas pancartas que señalaban el descontento político por lo sucedido con la expresidente Dilma Rousseff, con frases como “Brasil experimenta un golpe de estado” y “Brasil ya no es una democracia”, algo que pasaría como mera anécdota, si en realidad el gigante del sur no viviera una convulsionada vida política. Este acto simbólico alejó la posibilidad de que la película fuera postulada a los premios Oscar a mejor película extranjera, como bien lo dice Mendonça en entrevista con el diario Clarín de Argentina: “La postulación de cualquier filme para el Oscar es una decisión estratégica, industrial, para ese país. No debería ser algo subjetivo, sino técnico. Y ningún otro filme en Brasil este año tenía el prestigio internacional de Aquarius. La boicotearon y eligieron una película [Pequeño secreto, de David Schurmann] que no tenía, ni tiene, la carrera internacional de Aquarius. Fue una decisión política (2)”. Un sin sabor no solo por el cine brasileño, sino por el cine latinoamericano.
Este pulso político es el que vive Clara: el abandonar el apartamento no solo es una decisión de cambio de vida y espacio, es la confrontación con aquello que reconfigura lo privado, por ello, esa perspectiva tan particular de Mendonça ser testigo de los cambios de la sociedad brasileña desde lo íntimo.
Referencias:
· (1) Letra de la canción Hoje de Taiguara que
compone la banda sonora de la película.
· (2) Diario Clarín (Argentina) tomado de
http://www.clarin.com/extra-show/cine/kleber-mendonca-filho-decir-puede-gran-acto-politico_0_S1-8GJQBx.html
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